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En sus viajes por la arquidiócesis hasta ahora, ¿qué ha podido determinar sobre los daños del huracán Ida?
Las secuelas inmediatas del huracán, parecían muy desafiantes, pero a medida que los ajustadores de seguros han visto de primera mano, el daño a las Iglesias, escuelas e instalaciones parroquiales, es peor de lo que pensamos inicialmente. Pero, lo que es aún más importante y urgente, sabemos que miles de personas han sufrido graves pérdidas en sus hogares y, algunas casas han sido destruidas. Lo que me ha hecho tan agradecido con Dios es, el gran apoyo de nuestras parroquias y, feligreses que han acudido en ayuda de sus vecinos y, otros miembros de la arquidiócesis. Las parroquias que no han sufrido muchos daños, han enviado equipos de voluntarios, tanto adultos como jóvenes, a las áreas más gravemente afectadas, para limpiar los hogares de las personas y, ayudarlas en este momento de tragedia. Vemos a los buenos samaritanos entre nosotros, viviendo esa parábola del Evangelio. Estas no son solo palabras piadosas, sino acciones concretas. Jesús habla de ayudar a nuestro prójimo, y de asumir las cargas de nuestro prójimo sobre nosotros mismos. Estamos viendo que, esto se repite, una y otra vez, y es realmente inspirador verlo. Estos equipos también, han traído y servido comida a personas que la necesitan desesperadamente. Caminan con la gente, haciendo todo lo que pueden para aliviar sus cargas.
¿Cuáles son las necesidades más urgentes que conoce?
Todo es urgente, por lo que es difícil decir, qué es lo más urgente. Obviamente, hemos tenido daños en las Iglesias, pero hay gente sin hogar, y la necesidad más urgente es, cuidar los hogares para que puedan ser reparados lo antes posible. Tenemos Iglesias, escuelas y oficinas parroquiales que, no se pueden usar, y todas ellas son importantes. El daño ha creado un inconveniente y una carga. Al mismo tiempo, tenemos un Dios fiel que trabaja con nosotros en tiempos de adversidad y, sabemos que no estamos solos.
¿Le sorprendió la magnitud del daño, incluso en aquellas áreas que no recibieron un impacto directo de Ida?
Si. Cuanto más he viajado por la arquidiócesis y, he podido hablar con los sacerdotes, he podido comprender mejor la naturaleza generalizada del daño a los edificios parroquiales, pero también, he visto personalmente, las casas de personas que han sido destruidas, incluso, en áreas que no creíamos que hubieran sido tan severamente afectadas por el huracán. Algunos han especulado que hubo tornados, que causaron mucho daño adicional. El número de hogares que han sido tocados es extraordinario.
¿Ha recibido actualizaciones de, Second Harvest Food Bank y Catholic Charities, sobre cómo va su respuesta?
Catholic Charities está haciendo todo lo posible para facilitar la alimentación de las personas, a través de las entregas de Second Harvest, y hacen todo lo posible para ayudar con solicitudes específicas de parroquias e individuos. Pero lo principal en lo que Catholic Charities es realmente un experto es, en la gestión de casos: ayudar a las personas a pasar por el proceso de FEMA y de seguros, y ayudarles a encontrar estabilidad. Tendremos oficinas de Catholic Charities en las áreas más afectadas. Y, como solemos decir, estamos allí desde el comienzo de la tormenta, y estaremos allí hasta que la gente sea reasentada. Second Harvest, ha hecho un trabajo increíble, al proporcionar alimentos y suministros a las personas.
¿Qué ha oído del obispo Fabre, en Houma-Thibodaux?
He estado hablando con él con regularidad y, no hace falta decirlo, están abrumados. Por muy grave que sea nuestra situación, la de ellos es peor. Están siendo muy desafiados. Un equipo de respuesta está trabajando con el obispo Fabre. Tanto él como yo, nos damos cuenta de que esta recuperación llevará años. Esto no es algo que se resolverá en los próximos dos años. Esto es, años antes de que se reconstruya la infraestructura.
¿Qué deben hacer las personas si quieren ofrecerse como voluntarios, para ayudar en el proceso de recuperación?
Probablemente la mejor manera sea, llamar directamente a las parroquias que lo necesiten, y averiguar cuáles son sus necesidades y, ofrecer sus servicios. Si no saben a qué parroquias contactar, pueden comunicarse con Catholic Charities al (504) 523-3755.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].