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dría darnos una actualización, sobre el proceso local, para que la Arquidiócesis de Nueva Orleáns, responda al llamado del Vaticano para recibir aportes antes del Sínodo Mundial de Obispos en 2023?
He designado un enlace diocesano, para coordinar nuestra aportación al sínodo. En los próximos meses, él, junto con un pequeño equipo, dirigirá una serie de discusiones con el clero, los líderes de la Iglesia y los laicos, en la Arquidiócesis de Nueva Orleáns, con el objetivo de tener nuestro informe a la USCCB (por sus siglas en inglés), para el final del año calendario. Una de las cosas alentadoras es que, hace solo cinco años, la arquidiócesis completó un extenso proceso de consulta para nuestro sínodo arquidiocesano, el Noveno Sínodo General de la Arquidiócesis de Nueva Orleáns. Podremos utilizar gran parte de esa experiencia para redactar nuestro informe.
Para aquellos que no lo recuerden, ¿podría dar una sinopsis de nuestro proceso de sínodo local para el Noveno Sínodo General?
En el transcurso de casi dos años de deliberaciones, celebramos 17 sesiones de escucha en las “exposiciones” en toda la arquidiócesis, a las que asistieron 5.000 personas, quienes dieron su opinión sobre lo que estaba funcionando bien en la arquidiócesis, lo que se podría hacer mejor y, lo que podría hacer que, no se estaba haciendo actualmente. Los participantes en esas sesiones del foro, eran fieles feligreses, e incluso, aquellos que pueden haberse sentido distanciados de la Iglesia, pero, querían dar su opinión. También, realizamos sesiones especiales de escucha, para grupos específicos como los ancianos, y la Iglesia joven. Los frutos de esos encuentros, fueron evidentes en nuestro documento final del sínodo, en el que identificamos cinco prioridades para mejorar nuestra misión, durante los próximos años. Esas cinco prioridades fueron:
™ 1. Formar comunidades acogedoras que, celebren nuestra unidad en la diversidad.
™˽ 2. Abrasar a Cristo en cada familia, parroquia y ministerio.
™˽ 3. Ministrar a familias, jóvenes y adultos jóvenes.
™. 4. Preparar líderes siervos para la Iglesia.
™. 5. Ser una voz, y un testigo de la Doctrina Social Católica.
¿Cuál es el calendario para el período previo al sínodo mundial en 2023?
El Papa Francisco, ha pedido a todas las diócesis del mundo, que comiencen un proceso de sínodo local el 17 de octubre. Cada diócesis de los EE. UU., presentará un informe de 10 páginas a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (COCEU), para fines de enero de 2022. Esos informes, unos 190 de ellos, se sintetizarán para crear un documento resumen para los Estados Unidos que, se enviará a Roma. Los documentos resumidos producidos por cada conferencia de obispos de todo el mundo, se utilizarán para redactar un documento de trabajo, que se convertirá en el inicio de las discusiones cuando las reuniones del sínodo continental se celebren desde, septiembre de 2022, hasta marzo de 2023. Luego, se espera que el sínodo tenga lugar en Roma en octubre de 2023.
¿Cuáles son algunas de las preguntas que, el Vaticano le pide a la arquidiócesis que responda?
El Vaticano, ha enmarcado la discusión así: Una Iglesia sinodal, al anunciar el Evangelio, “caminemos juntos”. Entonces, tenemos que hacernos la pregunta, ¿cómo está sucediendo esto de “caminemos juntos” hoy en nuestra Iglesia local? ¿Y qué pasos nos pide el Espíritu Santo para crecer en nuestro “caminar juntos”? El Vaticano, envió una lista de 10 temas como puntos de partida para la discusión. Incluyen temas como ser “compañeros de viaje” (¿cómo caminamos juntos, y qué grupos o individuos quedan al margen?); escuchándonos unos a otros con un corazón abierto y sincero; hablar con libertad, verdad y caridad; celebrando la Palabra y la Eucaristía, con participación plena y activa: compartiendo la responsabilidad de nuestra misión común; dialogar dentro de la Iglesia local, y con la sociedad en general; desarrollar un espíritu de ecumenismo; fomentar la participación y responsabilidad de los laicos en parroquias y ministerios; discernir y tomar decisiones con el don del Espíritu Santo; y desarrollar un espíritu de receptividad al cambio, la formación y el aprendizaje continuo.
Parece que, en lugar de ser un sínodo sobre un conjunto de temas prescritos, el Papa siente que es valioso, especialmente entre los laicos, aprender más y vivir verdaderamente la idea de la sinodalidad en sí.
Creo que ese es exactamente el punto. El Santo Padre, no nos pide “resolver” problemas particulares, sino que reflexionemos sobre cómo la Iglesia puede abrir las líneas de comunicación. Esto se centra en asegurarse de que las personas puedan hablar y ser escuchadas. Es un proceso de comunicación, y asegurarse de que la Iglesia esté más abierta a los de las periferias. Tengo la sensación de que muchas personas pueden estar leyendo la idea de este sínodo como “¿Cuáles son nuestros problemas?” Creo que, es más una cuestión de “¿Cómo abrimos la comunicación entre el pueblo de Dios, particularmente, aquellos que no son escuchados a menudo?” Una de las grandes historias que tenemos que contar es, nuestra experiencia de, cómo nos involucramos en el proceso sinodal, al reunir a un vasto y diverso número de personas, durante nuestro Noveno Sínodo General. Los escuchamos. También, escuchamos a los que estaban lejos de la Iglesia. Creo que, el Papa Francisco, quiere que, reflexionemos sobre la mejor manera de involucrar a las personas y consolarlas.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].