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La Asociación Nacional de Músicos Pastorales, que apoya la formación de ministros de música, instrumentistas y, miembros del coro en las Iglesias Católicas de todo el país, celebró su conferencia anual en Nueva Orleáns la semana pasada. ¿Qué importancia tiene la buena música para la digna celebración de la Eucaristía?
La música, ayuda a crear una atmósfera sagrada, y usa nuestros sentidos para llamarnos de una manera gozosa, para elevar nuestras mentes y corazones a Dios. La música nos ayuda a crear comunidad. La liturgia, no es una oración privada; es oración comunitaria.
Tener la convención en Nueva Orleáns, nos dio la oportunidad de agradecer a todos los músicos de nuestras diversas parroquias, así como a los miembros del coro y, cantores que generosamente se entregan para guiarnos en el canto, e inspirarnos a orar y abrirnos al espíritu de Dios.
¿Cuál es la tradición de la música en la liturgia?
Como sabemos, cantar en la liturgia, no es nada nuevo. Los israelitas ciertamente cantaron salmos en los tiempos del Antiguo Testamento; y, en la época del Nuevo Testamento, el canto era una parte muy importante de la comunidad judía, y de la comunidad cristiana primitiva. Es interesante que, muchos de los himnos que usamos hoy, se remontan a cientos de años.
En su ministerio en toda la arquidiócesis, probablemente, haya escuchado una variedad de coros y estilos musicales.
En muchas parroquias hay buena música. Lo interesante de la conferencia es que, abre la oportunidad de alentar a los músicos y coros, a tener un equilibrio entre la música que se ha utilizado durante generaciones, y parte de la música más reciente. Siempre es ventajoso en una parroquia, tener Misas que tengan una variedad de modos de música.
Es posible tener, dentro de una parroquia determinada, música más tradicional, música juvenil, música Góspel, o música afroamericana, o cualquier tipo de música étnica. Las etnias con las que somos bendecidos en la arquidiócesis – la comunidad hispana, la comunidad afroamericana, la comunidad vietnamita, la comunidad coreana, la comunidad filipina – todas aportan sus propias expresiones musicales únicas, que encuentro muy hermosas.
Al viajar por la arquidiócesis, ¿cuál es su sentido del ministerio musical de parroquia en parroquia?
Es evidente que, muchas parroquias se toman en serio el ministerio de la música, y que están en contacto con las necesidades de la gente, y cómo hacer de la música en la liturgia, algo en lo que la gente pueda participar de verdad. Se supone que, la música litúrgica, no es un concierto.
Eso no quiere decir que no puedas tener algunas piezas en solitario, pero la música está destinada a aumentar la participación entre el pueblo de Dios, no a separar a las personas. Incluso, para las personas como yo, que no cantan bien, es importante que invitemos a todas las personas a que hagan lo mejor que puedan en el canto.
Algunos de nuestros sacerdotes y diáconos, cantan muy bien. Ese no es mi don, y lo sé, pero está bien. La experiencia de los himnos sagrados tradicionales, y la música eclesiástica más contemporánea, es algo que aprecio, y me lleva a mí y a todos los miembros de la Iglesia, a un aprecio más profundo por todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Agradezco a Betty-Ann Hickey y a varios otros que planearon la conferencia. Fueron sumamente eficaces, y brindaron una gran experiencia a varios cientos de participantes.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].